Cosas que hacer antes de los treinta…

Folleto de mi EVS en Bulgaria. El 'Isma' de antes y el 'búlgaro'

Seguro que tod@s os habéis planteado alguna vez eso de la lista de cosas que hacer antes de los 30…  pues mi lista es larga y el tiempo ya escaso, así que el año pasado me puse manos a la obra y empecé a tachar propósitos: el primero, quitarme de fumar después de 15 años enganchado, ¡objetivo conseguido! Así que continué y gracias al SVE (Servicio de Voluntariado Europeo) cumplí otros dos de mis propósitos : volver a vivir en el extranjero y trabajar en una ONG.

Mi objetivo era trabajar en el campo social, cercano a la gente y no pegado todo el día a una pantalla de ordenador y eso justo es lo que me ha ofrecido Bulgaria, donde he vivido una experiencia única con gente de medio mundo y que me ha permitido viajar por todos los Balcanes. Pero lo más importante es que me ha ayudado a seguir creciendo y convertirme en una persona más proactiva, creativa y segura de sí misma; además de descubrirme como profe de español. Lo que tengo claro es que lo mío es el periodismo, eso sí porque además de trabajar para EsNoticia, creé dos periódicos de ecología y voluntariado, si es que me tira mucho…

En fin, qué gran año de autobús, mucho autobús, de comida rica (sobre todo de queso y yogur), de buena gente, de risas, de descubrimiento… sin olvidar que he sobrevivido a la convivencia en la casa del horror donde habían pingüinos muertos de frío en el pasillo (no sabéis lo que es vivir en Bulgaria en una casa sin calefacción), a un baño que consistía en un agujero en mitad del suelo que se atascaba cada dos por tres y se transformaba en piscina olímpica; un aseo del que salía un olor insoportable, a volver a compartir habitación (15 años después) con mi gran compi francés Cedric (que por mucho que quiera, ronca como un condenado aunque he de decir que él se quejaba de que yo hablaba mientras dormía y encima en inglés -doble castigo- :P); aunque eso de dormir es relativo cuando se trata de una cama que por sus características se acerca más bien a la definición de mesa con colcha, unos plomillos que nos dejaban sin luz cada vez que quería y siempre por la noche; de todo tipo de bichos voladores habitando la casa, entre los que destaca un murciélago (sí sí, muy fuerte), a un accidente de bicicleta y miles de paseos por carreteras que por sus baches y obstáculos parecían un gymkana del horror; a haber dormido nueve meses con la puerta de la casa abierta (sí, nos gusta el peligro…) sin ningún incidente, a decenas de peleas con mis compis de piso en defensa del reciclaje, la limpieza, el tabaco y porque sí…

Sólo espero que este año sea al menos tan excitante como el anterior, por última vez cumpliré veintitantos así que me queda un añito para seguir con la lista, próximo objetivo: ¿hacerme empresario? Uy… con la que está cayendo…

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